A Daisy le gusta holgazanear por la casa y no quiere hacer ninguna de las tareas que le asignó su padrastro, Jay. Jay intenta hacerse el duro, pero Daisy es astuta y utiliza su destreza sexual para librarse de sus responsabilidades. Jay no puede resistirse a la oportunidad de machacar el coño de su dulce hijastra, dejándola rápidamente libre. Pronto, sólo piensan el uno en el otro, y empiezan a follar por puro placer.